Con la ayuda de sondas espaciales no tripuladas, los científicos de hoy pueden llevar a cabo misiones con las que los astrónomos del pasado solo podían soñar: visitas directas a extraños mundos cósmicos. Mientras tanto, se han enviado varias naves espaciales a los confines de nuestro sistema solar, que en siglos anteriores todavía se consideraban inalcanzables. En el curso de estos ambiciosos proyectos espaciales, los expertos obtuvieron información detallada sobre las características y composiciones de los cuerpos celestes más diferentes, lo que debería ampliar significativamente el conocimiento astronómico de la humanidad. Aunque el desarrollo de tales sondas requiere muchos años y enormes recursos financieros, a menudo es necesario destruir deliberadamente las respectivas naves espaciales al final de sus misiones para obtener el máximo conocimiento científico. ¡Qué sondas espaciales no tripuladas ya han sido dirigidas deliberadamente a su propia perdición y qué circunstancias fueron la base de estas maniobras destructivas, le mostraremos ahora!
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